Ingrid Centeno

Tuviste sueño y no te fuiste a dormir, estuviste cansado pero me seguías escribiendo, se te hizo tarde pero te quedaste ahí conmigo, te prohibieron hablarme pero se que estoy en tus recuerdos, no eres el más atractivo, pero sí el más indicado tormento, No expresas lo que sientes, pero conmigo te desahogas abiertamente, muchos dicen que eres frío, pero eres el más tierno. Las horas son largas, pero a tu lado se vuelven más cortas que los minutos la rutina es aburrida, pero reírnos a carcajadas de lo mismo se vuelve nuestra mejor diversión. Conmigo te desnudas en el paraíso de tus recuerdos, sólo conmigo vuelves a vivir tu infancia. Muchas veces tienes miedo de no saber nombrar lo que existe, no te frustres, porque lo más bello se nombró, el día en que naciste.

Y empieza un nuevo día, un día que puede ser común y cualquiera si no intervienes amigo mío, prometí escribir para ti y ya me había tardado, pero me acordé que hoy extrañé uno de tus chistes o de tus ocurrencias que sólo si vienen de ti, pueden hacerme reír. A veces te veo y estás serio, es extraño ese momento porque de ti guardo la más grande de las sonrisas, agregando que siempre tienes las palabras precisas cuando sin que lo pida me has dado un consejo, extraño cuando no me molestas porque contigo todo se convierte en fiestas. Agradezco a Dios por haberme permitido conocerte a ti, por haberme dado la oportunidad de compartir tantas alegrías, preocupaciones y hasta desilusiones, y es que con solo tu presencia, lo que parece nublado cambia de color, eres de esas personitas difíciles de encontrar y por ende no se deben olvidar.  Como no apreciarte, si has plantado tu cariño en cada saludo, tu ternura en cada mirada, tu sabiduría en cada palabra, tu sonrisa en cada recuerdo