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Mostrando entradas de julio, 2019

Quiero una noche

Quiero una noche que llegue hasta la madrugada tomando café  y olvidarme de la cama, que me acompañen las risas, l a buena conversación, las burlas y caricias, quiero una noche con ellas con mis amigas del alma  detener el tiempo o dejarlo pasar, pero con ellas  con las que saben mucho de mí a las que puedo leerles la mente, esas que se convirtieron en hermanas cuando me permitieron   identificar sus miradas  las únicas que pueden, decirme babosadas. Quiero escucharlas, ver sus rostros mientras  me digan que tienen ganas, de un novio, de un trago o de fritanga. Quiero con ellas,  compartir todo de mi contarles que me hacen falta que, en mi vida son irreemplazables.

Sola, contigo

En la oscuridad te escribo, con solo el resplandor de un ordenador y los recuerdos que, iluminan la mirada que acompaña una hermosa sonrisa dibujada en mi imaginación alrededor de la nada, sentada en mi cama, acurrucada a una almohada vacía donde pueden caber muchas lágrimas, viendo hacia una luna que, trata de entrometerse en mis penas, pero ni siquiera a ella la dejo entrar hoy no, hoy soy toda tuya, de nuestros momentos que viven en mis recuerdos. Me levanto y vuelvo a sentarme en ese sofá que, me acompaña todas las noches y que trata de decirme a gritos que no enrolle mis pies porque es tan pequeño para yo caber, es una locura como la que llamábamos vivir y solo quedó en suspiros, en esos que suelen alimentarse de nostalgia, pero ya ni eso queda. Cae una gota amarga sobre mi mejilla derecha y como la izquierda se pone celosa, decido acostarme en esa cama

A distancia

A ella le gustaban los días grises, él disfrutaba más, los días soleados. Ella siempre iba por un café, él pedía una cerveza en el mismo bar. Ellos aman a los perros, la poesía y la luna, también sospechan amarse entre sí, de vez en cuando se escriben un par de palabras acompañadas de besos a distancia. Hasta hoy, no se han visto a la cara.