Entradas

Mostrando entradas de septiembre, 2019

Apacible paseo

Una suave caricia, de mar reclamando territorio un viento cómplice de aquellos besos que da el silencio.  Un lugar favorito donde las olas deletrean nombres, piedras que al final se vuelven compañía eterna.  Caminar por la orilla de un abismo con nubes fugaces sin ver ningún final, disfrutando de la armonía que solo ese recoveco da. 

Besarnos la inocencia

Era la primera vez que nos mirábamos un poco nerviosos quizás, pero por dentro sentíamos fuego no aguantábamos las ganas de besarnos la inocencia que dejamos a un lado cuando pecar se volvió, la mejor manera de amarnos.

Lecciones

He tratado de esconderme caminando a diario por una calle diferente, con auriculares puestos cambiando minuto a minuto canciones desconocidas, le he sonreído a un semáforo que me estropeaba la pasada, he abrazado el calor sabiendo que no le disfruto nada, he tratado de no hacer todo lo que me recuerda a ti, pero ahora me doy cuenta que estoy desapareciendo  sí, en vez de olvidarte me estoy olvidando de mi, y es absurdo por más que quiera no puedo debo aceptar que ya no estás y que sin ti, debo aprender a hacerme feliz.

Luna mía 🌙

Qué decir de ti Luna mía, si eres como el amor tan inmenso, que cabe en un corazón. Tanto, que no basta y tan poco, que se extraña.

Tú, yo y nuestro café

Nos encontramos, tú en subida y yo en bajada pero ahí estamos, sonriendo como locos, soñando en la misma cama. Vertiendo jugosas emociones cada vez que nos tocamos, mirando hacia la nada cuando permanecemos separados. Tú aquí me tienes, esperándote en casa, con un café, aunque una copa de vino prefieras beber. Yo te tengo aquí también, cuando suspiras al verme y dices «ya llegué cariño» sonando las llaves para que me de cuenta. Y salgo a tu encuentro, nos miramos y obviamos el café y el vino, no nos hacen falta, nos basta bebernos hasta saciarnos, hasta quedar cansados, aunque en cada encuentro, quedemos con más ganas de amarnos.

Hay finales que tienen más de un comienzo...

Y nos despedimos, como si nunca volveríamos a vernos. Nos abrazamos y nuestros labios se juntaron en un eterno y a la vez efímero beso, nuestros rostros se mojaron de esas gotas saladas a las que llaman lágrimas y yo, liberación. Hicimos de todo, pero el destino se burló de nosotros y quiso juntarnos de nuevo, en un lugar diferente al que nos conocimos, con amigos nuevos, aspecto de algunos años vividos, con diferentes caminos recorridos sin haber dejado huellas juntos, pero con la misma sonrisa y ganas de intentar un, para siempre. Nuevamente dijiste hola, y nuevamente mis ojos se iluminaron, pero esta vez, tu recuerdo y mi madurez habían hecho que, te amara más.