Crecer más...

Uno de los primeros indicios de que la infancia ha quedado atrás es cuando la injusticia y la corrupción me golpean en la cara, mamá y papá ya no están para protegerme. Me han dejado con la libertad de enterarme de lo que pasa en el mundo y no me dieron un manual de como guiarme. Es absurdo pensar en que no sufriré, cuando a solas me encuentro -como ahora- puedo darme cuenta que los miedos están presentes en cada momento de mi vida, que me aterroriza pensar en el presente que me siento tan vulnerable y más aún, en ese futuro incierto que no sé lo que me tiene preparado Dios, no sé si mis decisiones van a ir de su mano, pues soy un ser humano y a diario cometo errores que me hacen desmayar.

Algunas veces esos miedos son tan importantes que me quitan el sueño, pero es necesario que los descubra y enfrente sola, que camine hacia adelante sin voltear atrás, porque cada mal momento lo puedo guardar como lección en mi agenda y cada alegría la llevo dentro del corazón.

La ternura de chiquita la guardo en mis pensamientos, muchas veces la dejo salir con las personas que creo lo merecen, ya que la mayoría no tienen el tiempo para conocerme. En instantes me frustro y de repente un día el cielo se llena de fantasmas, las nubes se vuelven grises, la vida se llena de esqueletos, la gloria de desdichas, el habla de silencios, de repente un día, la traición se aparece en mi vida, y soy mala reconociendo quien dice la verdad y quien con su insensible corazón dice mentiras.

En ocasiones confío mucho y me dejo guiar por apariencias que luego me parecen absurdas, otras veces no confío ni en mis propios ojos, pero no puedo ir por la vida desconfiando de todos lo que me rodean, porque al mundo no lo podré cambiar sola, las hipocresías desaparecerlas no podría.

Ruego al cielo que me abrigue de cerquita, que si sufro sea a causa de una decisión en donde mi corazón convenció a la razón, pero que no tenga que ver con terceros, más problemas en mi vida no quiero. Soy esa chiquita que aunque tengo cuerpo de mujer, necesito de un abrazo cálido que venga de mamá, que las personas vean que, aunque se va creciendo, el alma de niño no se deja atrás, cada quien suele ser insensible a su manera y hoy yo "tengo miedo de crecer más". 


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