Lejos de ti...

Tú, el que nunca ha estado conmigo, el que no ha recibido un te quiero de mis labios y no por falta de cariño, sino por falta de atención. Te fuiste desde siempre, yo pensé que tendría más valor para aceptarlo, pero no, te he encontrado y a mi corazón has ilusionado. Con unas palabras bonitas y comportarte como no esperaba, fue algo hermoso, lo hubiese disfrutado más si hubiese sabido que esa ilusión por poco me duraba y que de una vez, a mis sentimientos traicionabas.

Siempre fui fan de tu inteligencia, esa que en muy pocas ocasiones relacionaba con los lazos que nos unen, los que no puedes romper aunque quieras. He querido conocerte, de tu mano caminar y convertir muchas lagrimas en sonrisas al verte, pero no se pudo y no creo se podrá algún día, no tienes las agallas para luchar por lo que algún día fue tu alegría. 

He tratado de olvidar tu existencia, pero me veo al espejo y ahí estás, en cada sueño, en cada meta que he llevado acabo, no te las dedico porque al igual que mi vida, no creo que las valores, pero sí, me gustaría hacerte saber que he logrado todo lo que tengo sin tu ayuda, he querido gritar para pedir tu auxilio muchas veces, pero sé que no responderás y es ahí cuando callo, cuando me detengo a pensar en que no vale la pena mi esfuerzo, pues ya tienes a alguien que sí te necesita, que sin ti no podría sobrevivir y es por ello que me siento halagada y honrada de ser lo que hoy soy, lejos de ti.

Sé que debo agradecerte porque nunca has estado y eso me hace cada día más fuerte, he llegado a lugares en donde te requiero, donde me he levantado justo porque tengo ganas de llorar al ver a alguien enseñando a andar en bicicleta, o cuando necesito un abrazo de manos fuertes, lejos de ti he fallado, pero ahí han estado personas que de una u otra manera su apoyo me han dado. 

Gracias porque lejos de ti, sé quien soy, lo que quiero y hacia donde voy.