Adicción

Estaba en un bar,
dándole la espalda a la calle
o a las personas, quizás,
pero yo pude reconocerlo
lo haría desde siempre.
No pretendía espiarlo,
pero me acerque sin querer, queriendo
estaba con la mirada un poco agachada
tenía el móvil en sus manos
y mi foto en la pantalla.
La observaba
y yo no podía adivinar
el gesto de su cara.
Decidí entrar al bar,
él levantó su mirada
cuando la puerta en un pispas se abrió.
Yo hice como si no lo había visto,
pasé de una vez a la barra
pedí un trago de ron
y disimuladamente volteé,
él dejó de ver el móvil
para verme a mí, en persona.
Cuando me sirvieron el trago
el chico de la barra sonrió y dijo
«él no deja de mirarte,
quizá le gustes
porque lleva un par de horas
y no le había sido indiferente al móvil,
hasta ahora»
Yo solo sonreí,
pagué y le di las gracias por el trago
que ya tenía en la mano.
Me dirigí hacia una mesa
alejada de todos.
Él se levantó,
caminó hacia mí
y se sentó sin pedir permiso,
cogió mi trago y
de un sorbo se lo tomó.
Se inclinó un poco
y sin decir nada, me besó
con la furia de un recuerdo,
con la ansiedad de amar.
Luego fui yo quien habló
solo para preguntarle
«¿Nos vamos?»
Se levantó de la silla,
cogió mi mano y la besó,
entrelazamos nuestros dedos
y fuimos hacia la puerta de salida.
Él sabía que al trago
lo invitaba yo,
no suelo visitar bares
mucho menos beber alcohol,
aunque reconozco que tengo
adicciones más fuertes, Él.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Gris en mi mente

Sucesos

La luna en Madrid. 🌙