Mi coraza

Y de repente me entra esa nostalgia y las grandes ganas de volver al pasado, revolcarme en el lodo y salir gritando como loca, llorar porque el flash de una cámara me asustaba, o cuando me ponía nerviosa al ver los camiones cargados de militares. Me asustan muchas cosas, los rayos por ejemplo es eso a lo que más le temo, pero dentro de todo ese miedo, esa luz rara que estorba a mis ojos cuando cae la lluvia fuerte, me anima, me hace saber que estoy viva, que tengo dos ojos que satisfacen mis deseos de ver esas cosas maravillosas con las que puedo vivir y muchas de ellas siendo recuerdos. Aún no sé andar en bicicleta, pues en mi infancia todo raspón me hacía llorar, más no sabía que cosas peores me pasarían de grande, como llorar por una persona que se va de mi vida sin ninguna explicación, llorar con el corazón .

Esa inocencia de niña ha quedado atrás, la chica fría ha venido a sustituirla, cargando heridas y acostumbrándome a la rutina, recordando cariños y olvidando emociones. No he dicho que me siento vieja, pero todo cambia y mi corazón de anciana ya luego se acerca. Con muchos sueños aún, con metas inconclusas y deseos de volar, así me encuentro hoy, además de recordar a alguien que se fue para no volver jamás y a otras que siguen ahí en mi corazón, pero que de mi mundo se han excluido, personas que quisiera me entregaran su amor, ese bonito que sale del corazón, pero que no les nace, simplemente están ahí, ocupando un espacio que indudablemente si mi corazón actuara con inteligencia, sabría que debe formatearse, sacar todas esas malas vibras que le agobian y le hacen ser débil. Ha llegado a estar destrozado, pero en medio de todo ese sufrimiento hay una fuerza que le ayuda a levantarse, Dios ha estado conmigo tantas veces que he caído, ha tomado mi mano y con claridad absoluta me ha dicho que siga adelante con mis metas. Por todas esas malas jugadas de ese corazón que se enamoró desde niño, por todas esas personas que le han hecho daño, se ha conformado una coraza en mi cuerpo, que me ayuda mostrar el lado amargo de mi vida, cosa que no debería, pero ya no me sale ser tierna, la dulzura muchas veces me empalaga, me parecen cursis los novios que se quedan viendo a la cara y que en cada esquina tan ilógicamente se abrazan.

Si, sé que quizás soy la más rara, porque al sentir un abrazo de alguna persona especial, no quiero soltarme, un beso de esos que me hacen temblar y esos ojitos que a los míos le agradan. En el transcurso de mis días, voy dándome cuenta de lo que para mí es realmente importante, me da miedo muchas veces porque a lo mejor me he confundido demasiado en mis decisiones, decirle adiós a alguien que ahora extraño, estudiar una carrera que a veces le pongo peros, tratar de alisar mi cabello y que se haya hecho más enredado que antes. Todo me preocupa a veces, pero hay momentos en los que nada es importante, de niña era muy tímida y poco hablaba, ahora soy la chica locamente rara que prefiere a sus peluches que un millón de flores, pintarse las uñas a salir de rumba, la soledad a estar acompañada. He perdido la cordura cada vez que veo a esa persona que me gusta, de niña salía corriendo porque me daba pena, la inocencia me volvía débil, ahora la coraza que llevo me opaca la debilidad, pero no se desaparece, pocos años atrás lloraba por la mínima cosa, ahora no me salen las lágrimas. He tratado de desahogarme sacando un chorro de ellas, pero ni esas quieren ayudarme, se han secado ya, espero no ahogarme en ese vacío, en ese que han dejado las personas que se han marchado.


Puedo pasar aquí, horas tras horas escribiendo, pues hasta mi celular se aburrirá de tanto que lo molesto, pero esa es mi vida, llena de holguras y peleas con mi propia mente.

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