No te quejes.

El hecho que no tengas cuerpo de modelo no te hace menos mujer, luchas con tu cabello todos los días al peinarlo, te preocupa no tener el abdomen perfecto, gritas de coraje cuando te miras al espejo, envidias la ropa cara de las demás, y no te pones a pensar de donde la pueden sacar.

Siempre crees que alguien más tiene la vida que tú sueñas, la que quisiste tener desde niña, la vida que por falta de dinero no has podido, luchas día a día para lograr lo que te propones, una casa grande y bonita, con una piscina en donde puedas relajarte y dejar todas las tristezas, la familia perfecta que no pelea y de las que siempre está para ti dispuesta.

Vives con tantos prejuicios que te olvidas de lo verdaderamente importante, la vida que llevas quizás no es la que deseas, pero tienes a personas especiales que te ayudan a salir adelante, Dios te regaló una belleza interior que no cualquiera posee esa gran virtud. Reyna bella, vive el hoy y olvídate del mañana, Dios está para ti y solo con su ayuda puedes ser feliz.

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